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#YoTambien: Quienes rompen el silencio están transformando la cultura de la violación

Por Mirra Price

La persona del año 2017 de la revista Time no es un individuo, sino un movimiento: el de las mujeres que “Rompen el silencio”. En los últimos meses, miles de mujeres han hablado, lo que ha provocado una vorágine social en torno al acoso y la agresión sexual. Estas mujeres, algunas famosas y otras no, se han atrevido a contar sus historias de acoso y abuso sexual, perpetuado por hombres prominentes en las industrias del entretenimiento y los medios, en el gobierno y otras profesiones, durante un período de tiempo considerable.

Esta inundación comenzó con docenas de acusaciones de acoso sexual, asalto y violación contra el magnate de Hollywood Harvey Weinstein, quien ahora está bajo investigación criminal. Después de las investigaciones realizadas por The New York Times y The New Yorker, mujeres de todas partes de Estados Unidos y alrededor del mundo, están exponiendo sus propias historias, involucrando a muchos hombres diferentes, bajo el hashtag “#YoTambien” (#MeToo).

Sin embargo, a no ser por el triunfo electoral de Trump, el actual fenómeno #YoTambien pudo no haberse dado. La activista Tarana Burke, una de las que “Rompió el Silencio”, originó el hashtag #YoTambien hace diez años. Ella ha descrito esto como el “Efecto Trump”, la indignación tras la cinta “Access Hollywood” en la que Trump afirmaba que, por ser una celebridad, podía acariciar a las mujeres a su antojo. Esto ayudó a inspirar entre tres y cinco millones de mujeres y hombres para unirse a la Marcha de las Mujeres ocurrida en enero, el día después de la inauguración de la cita, lo que también animó a actrices como Ashley Judd y Rose McGowan para hablar en contra de otros presuntos depredadores (Blake, Meredith, dic.7, 2017).

No olvidemos que el presidente Trump ha sido acusado de mala conducta sexual por no menos de dieciséis mujeres. Él ha negado estas afirmaciones, y todavía tiene que reconocer o pedir disculpas a sus acusadoras. Según una nueva encuesta de Qunnipiac, el 70 por ciento de los estadounidenses considera que Trump debe ser investigado por las acusaciones de acoso sexual en su contra (Burstyn, Linda, dic.7, 2017).

Tuvimos un resurgimiento similar cuando Anita Hill reveló el acoso sexual recibido por Clarence Thomas en 1991. Sin embargo, luego del ascenso de Thomas a la Corte Suprema, su queja fue dejada de lado y no creída, a pesar de las revelaciones de Hill. Le arrojaron piedras por la ventana, le hicieron amenazas de muerte y su fuente de financiamiento fue puesta en peligro. La experiencia de Hill envió un mensaje escalofriante a las mujeres en Washington, D.C., y a la nación en general: si las mujeres se atreven a exponer las depredaciones de los hombres poderosos, podrían pagar un alto precio personal.

Estamos presenciando que la represa se está rompiendo de nuevo, y esta vez nadie va a ser capaz de meter un dedo para contener esta marea de revelaciones que brotan de las gargantas silenciadas de miles de mujeres.

A menudo se culpa a las mujeres de hacerse las víctimas. Incluso recientemente, una mujer realmente inteligente que conozco me preguntó qué estaban haciendo estas mujeres para incitar el abuso. ¿Qué estaban usando? ¿Estaban coqueteando con estos hombres poderosos? Necesitamos replantear el problema; las preguntas deben ser acerca de los abusadores masculinos, no sobre las mujeres víctimas. ¿Por qué los hombres piensan que tienen derecho a hacer avances no deseados? ¿Por qué los hombres ganan estatus por conquistas sexuales? Las mujeres que quieren hablar a menudo son silenciadas por su propio miedo en el lugar de trabajo, las represalias personales y por las familias que no quieren la vergüenza y la notoriedad.

¿Por qué ahora el público está tomando enserio las historias de las mujeres— Esas que están acusando los magnates de los medios, los miembros del Congreso, las figuras del deporte, los sacerdotes, maestros, directores de sinfonía, jefes de trabajadoras domésticas, supervisores de trabajadores agrícolas, soldados, reclusos…? ¿Qué ha cambiado en la sociedad que permite que las voces de las mujeres sean escuchadas y se les crea?

La destacada abogada en derechos de la mujer, Gloria Allred, quien representa a mujeres en los casos de la corte Cosby y Weinstein, dice: “Cuantas más mujeres hablen, más mujeres quieren hablar” (Blair, Elizabeth, oct. 27,2017). En los números hay seguridad.

Jackson Katz es un educador estadounidense, cineasta y autor, quien ha creado el programa de educación y prevención de la violencia de género: “Mentores en la prevención de la violencia”, utilizado por el ejército de Estados Unidos al igual que diversas organizaciones deportivas. En una resuelta y honesta conferencia TEDx, Katz señala que realmente, estos son problemas de hombres.

Katz explica cómo estas violentas conductas de género están ligadas a las definiciones de hombría y pregunta cómo podemos cambiar la socialización de los niños que conduce a los resultados actuales de violencia desenfrenada hacia las mujeres. Él dice que los problemas de violencia de género no son asuntos de mujeres con los que algunos hombres buenos ayudan. Estos en realidad son problemas de hombres. Llamar a la violencia de género un tema de mujeres da a los hombres una excusa para no prestar atención.

Ultimadamente, el problema no es deshacerse de unas pocas manzanas podridas en posiciones de poder. La necesidad está en cambiar la cultura de hipermasculinidad para que los hombres ya no deseen ganar estatus y poder a los ojos de otros hombres, siendo depredadores sexuales.

Necesitamos preguntarnos qué estamos haciendo en nuestra sociedad. ¿Cuál es el papel de las instituciones produciendo hombres abusivos, perpetuando esta cultura de violación? ¿De qué manera los sistemas de creencias religiosas, la cultura de la pornografía, la cultura deportiva, la estructura familiar, la raza y la etnia, la economía y la interacción de clases perpetúan la cultura sistémica de la violación?

¿Cómo podemos transformar esta cultura? ¿Cómo podemos cambiar la socialización de los varones y la definición de hombría que conduce a este resultado de adoptar modelos de conducta de hombres hipermasculinos que toman lo que quieren y obtienen estatus por sus conquistas de mujeres y agresión hacia las mismas para probar su hombría?

Katz tiene un programa llamado “Bystander Approach” (que se puede traducir al español como Abordaje del Espectador). El espectador es cualesquiera que no sea la víctima o el perpetrador en una díada de abuso. El insta especialmente a los hombres de poder a desafiar los comportamientos sexistas de otros hombres. Por ejemplo, si alguien cuenta una broma sexista o racista, el espectador desafiaría al bromista. Katz entrena a las personas para que interrumpan los comportamientos sexistas y los desafíen, creando un clima donde el comportamiento sexista hará que los hombres pierdan su estatus. Por supuesto, un espectador podría interrumpir cualquier comportamiento que atestigüe menosprecio a las mujeres, por ejemplo, abucheos, humillaciones, mantener a las mujeres fuera de posiciones de poder, así como cualquier forma de discriminación y dominación.

Él insta a los hombres a apoyar a las mujeres en la creación de este cambio de paradigma para la igualdad de género. Los hombres pueden decir cosas que al ser dichas por mujeres no serían escuchadas.  Por ejemplo, podemos mencionar que la conducta sexual inapropiada de Bill Cosby finalmente obtuvo reconocimiento público cuando un comediante masculino expuso el comportamiento predatorio, después de que varias mujeres habían hablado de ello durante décadas. A veces se acusa a las mujeres por tener una perspectiva anti-masculina cuando hablamos en contra de la violencia sexista.

Avanzando en este tema, exhorto a hombres y mujeres a trabajar juntos en iniciar la transformación que debe suceder para que las futuras generaciones tengan un mundo más saludable, más seguro, basado en relaciones libres, amorosas y de apoyo entre mujeres y hombres. Seamos todos espectadores activos contra la violencia sexual. Trabajemos juntos para crear un paradigma que termine con la marea de violencia machista y transforme la cultura de la violación en una cultura igualitaria que apoye a todos para alcanzar su verdadero potencial como seres humanos.

 

Blair, Elizabeth, “Women Are Speaking Up About Harassment and Abuse, but Why Now?”NPR.org,  Oct.27, 2017.  https://www.npr.org/2017/10/27/560231232/women-are-speaking-up-about-harassment-and-abuse-but-why-now

Blake, Meredith, “By naming the ‘Silence Breakers’ as ‘Person of the Year,’ Time rebukes last year’s winner, Donald Trump”, Los Angeles Times, Dec. 7, 2017. http://beta.latimes.com/entertainment/tv/la-et-st-time-person-of-the-year-me-too-trump-20171207-story.html

Burstyn, Linda, “What About the Sexual Harasser in the White House?” Ms Blog, Dec. 7, 2017, http://msmagazine.com/blog/2017/12/07/sexual-harasser-white-house/

Katz, Jackson, Ted Talk, TEDXFIDiWomen, “Violence Against Women: It’s a Men’s Issue”, https://www.ted.com/talks/jackson_katz_violence_against_women_it_s_a_men_s_issue

Traducido por Guiselle Jiménez. Heredia, Costa Rica

¿Qué es PROUT?

Por Mirra B. Price, una nueva versión de “Que es PROUT”

PROUT es un acrónimo de la Teoría del Uso Progresivo propuesta en 1959 por el filósofo indio Prabhat Ranjan Sarkar. PROUT presenta una alternativa viable a los anticuados modelos socioeconómicos del capitalismo y comunismo. Ninguna de estas teorías ha satisfecho adecuadamente las necesidades de la humanidad.

Los proutistas están buscando transmitir los amplios y visionarios objetivos de la teoría PROUT, que combinan la sabiduría de la espiritualidad, la lucha por la confianza en sí mismo y el espíritu de la democracia económica.

Principios clave de PROUT y Neo-Humanismo

El neo-humanismo amplía el amor humanista hacia todos los seres humanos para incluir amor y respeto por toda la creación: plantas, animales e incluso objetos inanimados. El neo-humanismo proporciona la cosmovisión necesaria para crear equilibrio ecológico y el vínculo con el planeta.

Necesidades básicas garantizadas para todos: para poder alcanzar sus aspiraciones más altas, las personas deben satisfacer sus necesidades básicas. El acceso a alimentos, vivienda, ropa, educación y atención médica son derechos humanos fundamentales que deben ser garantizados para todos.

Economía de tres niveles y límite de la riqueza: PROUT aboga por las empresas privadas de pequeña escala, negocios gestionados y apropiados por cooperativas, así como el control local de industrias clave a gran escala que deben funcionar como servicios públicos. Estos tres tipos de propiedad fortalecerán las economías locales y promoverán la autosuficiencia regional. También debe haber límites a la acumulación de riqueza individual.

Derechos de la mujer: PROUT alienta la lucha contra todas las formas de violencia y explotación utilizadas para reprimir a las mujeres. El objetivo de PROUT es la cooperación coordinada, basada en la igualdad de derechos entre hombres y mujeres.

Diversidad cultural: en el espíritu de compañerismo universal, PROUT fomenta la protección y el desarrollo de la cultura, el idioma, la historia y la tradición locales.

El Sol Naciente de Mujeres Proutistas: Quiénes Somos

Como mujeres Proutistas, en esta revista intentamos enfocarnos en las luchas que enfrentan las mujeres para lograr la autosuficiencia en la sociedad. Sin embargo, también deseamos presentar la visión completa de PROUT como una nueva ideología para un mundo nuevo.

Con el objetivo de ser incluyentes, invitamos a Proutistas y a otros interesados en promover una plataforma para el cambio social, a enviar artículos, cartas al editor, poesía, blogs y otros escritos a la revista Sol Naciente.

Las mujeres Proutistas trabajan juntas para crear un mundo en el que todas las personas tengan la oportunidad de desarrollar todo su potencial. Educamos y organizamos nuestras comunidades para resistir la opresión, la explotación y la discriminación. Las mujeres Proutistas apoyan el desarrollo integral físico, económico, intelectual y espiritual de las mujeres.

Traducido por Guiselle Jiménez. Heredia, Costa Rica

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